SOLO LITERATURA

Voz

Qué el sonido del viento trajo un silencio,
porqué hubo sirenas de señales nada más,
el baile de la noche concentró gemidos,

chapoteando los pies se perdieron en el agua,
el sombrero negro blanquecía la oscuridad,
unas tablas de redondo escenarios crujiendo,
el acto ausente de cuerpos mojaba con sudor,
aparecía la sombra de una mujer desgarbada,
de sus labios sin palabras se leía ¡No!, ¡No!, ¡No!
un carruaje esparciendo el polvo lento llegaba,
en su trocha de ambos contornos estatuas,
le rendían honores al carruaje y, un conductor
y de pasajera la silueta con trapos negros,
la enigmática figura poso sus pies en la tierra,
llevaba por delante de sus manos caja negra,
¡No!, ¡No!, ¡No! La boca entre dientes la mujer,
llegado al sitio depositó en la entraña de la tierra
aquella pequeña caja de madera, conteniendo algo,
estaba con aquel acto de silencio enloquecedor,
en las honras fúnebres de su voz. ¡No!, ¡No!, ¡No!
luego una rosa blanca cayendo del cielo gris,
el viento dejando depositar partículas de tierra
todas caídas en el acto final de la voz…

Abraham Guevara