SOLO LITERATURA

Centella

Como diablito de encendido azufre,
muy fluorescente dejándose ver en la oscuridad,
bailando con zapatillas doradas en luna de plata,

asomando las estrellas con tenues destellos,
las espigas dormidas de los trigales en desvelos,
tal era el ambiente, en su fiesta solitaria de noche,
aromándose sin previo, la brisa copiosa le caía,
y su figura destellante, jamás bajaba el ritmo,
era amplio el salón del valle, para su libre danza,
había exquisitez al sentir la brizna y su libertad,
y seguía en su memoria gozando y gozando,
apacible su andar en luz del día, casi imperceptible,
agazapada en los rincones cafés del tiempo claro,
sólo dejándose soltar un poco al morir la tarde,
explotando en las horas que ella quedaba solaz,
la noche por el día, la luna grande por el sol,
y alzando alto sus brazos en movimientos rítmicos.

Abraham Guevara