Poetas de Nicaragua y del mundo.

Poetas de Nicaragua y del mundo.
Poeta Nicaragüense Juan Chow, buscando el pretexto para enaltecer la imagen, en armonía y disciplina.

martes, 14 de mayo de 2013

Vicky Toledo Boaco, - Nicaragua.




INSTITUTO NICARAGÜENSE
DE CULTURA HISPÁNICA (INCH)

 con el apoyo de la
AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y DESARROLLO (AECID)

se complace en invitarle(s) a la presentación del libro

Hojas en el Viento
de
Vicky Toledo

Presentado por
DR. ARMANDO ÍNCER BARQUERO

«En Hojas en el Viento, su más reciente poemario, Vicky Toledo (Boaco, 1960) ha logrado conjuntar y expresar unitariamente intuición y sentimiento, las dos raíces esenciales de su creación poética. Vicky entreabre la conciencia artística de su taller y al entregarnos los dones de su poiesis nos ofrece también los dones de su dimensión humana.»
Róger Matus Lazo

····································································
Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica (INCH)
Martes 14 de mayo, 2013. 6:30 p.m. 

De la primera entrada del residencial Las Colinas,
7 cuadras arriba. Managua, Nicaragua.

ENTRADA LIBRE Y BRINDIS AL FINALIZAR
····································································
Nuestras instalaciones son accesibles para personas con discapacidad. / Disponible servicio de transporte selectivo (hacia entradas de Las Colinas).

lunes, 8 de octubre de 2012

Por entre los dedos se fue tu luz.


Por entre los dedos se fue tu luz

La luz purpura
pura violeta luz,
en las arterias busqué,
en la sombra nocturna

plegué mi ojos,
las colinas blancas
acariciaron leve mis dedos,
el ancla perdió balance,
limbo al aire viajé,
las hojas amarillas
descendieron las distancias,
las colinas oscurecieron
y el color de mis manos
palidecieron fúnebres.

Abraham Guevara Chamorro.

Nuevo


NUEVO, y de principio nuevamente.
¿Tal vez nada nuevo que decir?
algo se tendrá que hablar,
las encontradas aldabas
una por otra azotando,
de paso que niega la luz

es compleja la llegada.

¿A dónde llegará?
el cuarto y un solitario,
la mesita y los recuerdos,
el dorso la blanca escena,
su testa ayer y hoy aquí,
ha quebrado el tiempo,
la torre se quedo de un lado
así cobró la balanza,
el contorno desde el horno
caliente la vertiente.

¡Tal vez sapiente!
el murmullo y no tu imagen,
de tus ojos afuera el enfoque,
y el retrovisor gris silente,
pendiente del caliente ambiente.
¿Pero no hay salida?
ardida la mirada de tanto hendija.

¡Qué vida!
mía o la tuya en su huida,
imbuida hasta llorar fundida,
cuadros en la cuenca hundida,
no hay contornos que trocar,
hay solo leve rumor
hasta el Sol con ardor,

pero la tarde se desvela,
pronto va encendiendo la vela,
andando y, los arboles en penas,
dejando atrás sus existencias,
ondula el objeto y desaparece,
desde un sitio dijo hoy,
minutos después ayer,
imprecisiones en relativos creer,

vuelto adentro ahogada la mecha,
tendida la cama y presto a caer,
nada cae y la silla se balancea,
un vaso de agua agrio en la garganta,
baja la tenue luz palpitando fugaz,
es la silueta suelta en el tiempo
amargo reloj no aligera su anuncio,

es palmera de hojas amarillas,
el inclemente paso huracán doblo
su cervical al lado de su mano baja,
atrapado por la noche
que no es su prisión,
es ciclo de un día más,
el hormiguero a abrazar
cuando sea claridad
y confusión de calores.

Por Abraham Guevara Chamorro.

viernes, 5 de octubre de 2012

Leyenda




Leyenda

Sale a jugar tocando la guitarra,

tarareando melodías que va componiendo,
de la suerte del mundo que sus ojos infantiles ven,
crece el tallo de su cuerpo, la música crece,
agrupa un conjunto de jóvenes y triunfan a lo grande,
el sendero lo dejó libre y, sus anchas letras aparecieron,

vio una piedra brillante el verde de su ropaje,

le asombró y ahí mismo le homenajeo,
al río claro que sus pies refresco, en su sonido
atrapo, en sus manos la melodía fluyo como el río,
levantó su testa al horizonte y la montaña le vio,
y él la recreo en una canción, su belleza mágica,



sentado en un banco de un parque céntrico,
con su vista aguda, grabó en su mente la multitud,
la guitarra su compañera inseparable inquieta,
ansiosa por que las manos de su cantor le rasgarán,
sus cuerdas parecía hablarle y el comprendiendo,
ponía manos a la obra y, otra vez la creación musical,

cantando, componiendo y, tocando su guitarra,
afinando su piano, con sus imágenes en sus canciones,
sus dedos al descanso, a la pausa de la guitarra,
elevados en arcos formando una ve de la paz,
su estandarte y, las creaciones del bien vivir,
un mundo y, el soñador, quizás no sea el único,

y bajando el cantor, con sus imágenes al corazón de la tierra,
una circunferencia de muchos colores en el parque,
colores de sus creaciones, imágenes de creaciones,
un acto del infortunio, o acto de la barbarie, 
el acto de los inconsecuentes y, los espejuelos
redondos, rodando ensangrentados y, el asombro,

el homenaje inolvidable y, él ya viajaba en la leyenda,
qué era él y, la música suena con sentido de amor,
de paz del mundo, que imagino y, tocó, desde un
inmenso trozo de azul, alumbrado por el gran Sol.

Por: Abraham Guevara Chamorro.

Ecos

Ecos

Suena una campana
el oído se agudiza
busca la procedencia
de donde surge el tañido
abriéndose la noche
es limpia la sabana
en la que se pliegan las voces



allí son puntos vibrantes
y el hombre ciego tantea
le alcanza bordear las texturas porosas
el fuego le ha dicho ¡Cuidado!
pero el terco ufano sigue buscando el sonido

el agua enclavada le susurra el peligro
y él sigue mostrando los ojos vacíos
esta afanado con el oeste
allá oye sonar la campana
obsesión que no le da tregua



el desorden de su pensamiento
le ocasiona vértigos voraces

esta la calma acariciando su rostro
y es el infierno calorífico su ubicación
aletargado el eco melodioso
apuntando sus manos crispadas
le recorre una corriente ansiosa

y la sequedad de sus manos
olvida el sudor agrio de su piel


sonidos queditos al pie de estatuas

en inteligibles tribulaciones… 
el sonido… La campana
el hombre se va quedando...
distante aletargado en su eco
dando vueltas en millas
y al abrir sus párpados
se decepcionó
estaba en el mismo lugar
el que ha pisado hace mucho.

Abraham Guevara.